viernes, 9 de diciembre de 2011

Los peces no tienen voz


Littleshark disfrutaba observando un mundo convexo y deforme desde el cristal de su pecera. Álex, su dueño, entraba y salía del salón al tiempo que vestía la mesa con su mejor vajilla y dos velas.
Al rato, una hermosa mujer de volubles formas hizo su entrada. Álex le acomodó la silla, le sirvió una copa de vino y brindaron. A continuación se colocó tras ella, cogió una servilleta y rodeó con ella su fino cuello. Apretó.
Algo inusual sucedía ¿Qué era? ¿Por qué la joven estaba en el suelo? Poco importaba, Littleshark siempre olvidaba que vivía con un asesino.

3 comentarios:

  1. Siiii,este ha sido mi favorito, mola mucho el relatito y ademas muy acertado el nombre del pez.

    bss

    ResponderEliminar
  2. que buen relato, mira que ha sido corto pero muy bueno

    ResponderEliminar