Littleshark
disfrutaba observando un mundo convexo y deforme desde el cristal de
su pecera. Álex, su dueño, entraba y salía del salón al tiempo
que vestía la mesa con su mejor vajilla y dos velas.
Al
rato, una hermosa mujer de volubles formas hizo su entrada. Álex le
acomodó la silla, le sirvió una copa de vino y brindaron. A
continuación se colocó tras ella, cogió una servilleta y rodeó
con ella su fino cuello. Apretó.
Algo
inusual sucedía ¿Qué era? ¿Por qué la joven estaba en el suelo?
Poco importaba, Littleshark siempre olvidaba que vivía con un
asesino.
Mini-relato, pero intenso.
ResponderEliminarSiiii,este ha sido mi favorito, mola mucho el relatito y ademas muy acertado el nombre del pez.
ResponderEliminarbss
que buen relato, mira que ha sido corto pero muy bueno
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